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Foto del escritorPárpado Editorial

Argentina, 1985, Madres paralelas y México, 2023

Dos películas de países y continentes diferentes coinciden en abordar el tema de las desapariciones forzadas y la reconstrucción de la memoria. Argentina, 1985 (2022) de Santiago Mitre narra el juicio histórico contra Videla y las juntas militares de la dictadura argentina que privaron de la vida, torturaron y desaparecieron a miles de personas entre 1976 y 1982. Ante las presiones y amenazas para no remover en el pasado, el fiscal Strassera, su adjunto y un equipo de abogados jóvenes y estudiantes de derecho investigan y arman el caso para condenar a los responsables de crímenes de lesa humanidad. La documentación de la historia se mezcla con las vivencias personales de Strassera, interpretado por Ricardo Darín, su adjunto y su familia, entre otros personajes.



Madres paralelas (2021) de Pedro Almodóvar, aborda el encuentro de Janis (Penélope Cruz) y Ana en un hospital donde, por error, sus bebés recién nacidos son intercambiados el de una por la otra. Múltiples peripecias en las que sus vidas se cruzan y líneas narrativas que se van tejiendo en el estilo al que nos tiene acostumbrados el guionista y director manchego, desembocan en el desentierro de una fosa común de la guerra civil española con el objeto de identificar a las víctimas.



Tanto en Argentina como en España los esfuerzos por identificar a las víctimas desaparecidas ha sido lento y a contracorriente de las burocracias que siguen las inercias de los regímenes que las crearon y llevan la responsabilidad de los crímenes. El impulso de familiares cuyas biografías han sido rotas, víctimas cuyo testimonio es la verdad que se intentó borrar, expertos forenses y sociedades que luchan entre el olvido y la memoria marcan el devenir de estos esfuerzos.


En el México actual resuena el eco de estas historias. En 2022, superó la cifra de 100,000 desaparecidos (83,000 en las últimas dos décadas, de los cuales 53,000 se han hallado en fosas clandestinas pero aún no han sido identificados; estas cifras corresponden sólo a los casos denunciados). A diferencia de España y Argentina, donde las desapariciones fueron perpetradas por una autoridad fascista y totalitaria, en México son causadas por la completa o parcial ausencia de autoridad, terreno donde criminales -en ocasiones, con la complicidad u omisión de funcionarios públicos- pueden cometer estos y otros delitos y librar en muchísimos casos las consecuencias.

¿Qué hace falta para que en México se coloque en el centro de la atención pública la tragedia de los desaparecidos?, ¿cómo puede una sociedad vivir y desarrollarse en una “normalidad” que no es normal y es completamente inhumana?, ¿en qué momento la insensibilidad se apoderó de nuestras reacciones ante lo que sólo puede y debe conmocionarnos?, ¿qué país se está heredando de una generación a otra?, ¿cuándo se investigarán los casos de personas desaparecidas y se llevará ante la ley a los responsables?, ¿cuándo se atenderá y hará justicia a las víctimas y se abrirá un cauce para terminar con esta sórdida barbarie?


Emilio Toledo M.



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