¿Qué nos deja una epidemia? Entre medidas sanitarias, cuarentenas, enfermedades y dolorosas pérdidas humanas, ¿qué sensaciones?, ¿qué recuerdos quedarán? A la postergación obligada de la realidad para dentro de una semana, un mes, un año, el tiempo ya no es el mismo que antes, la distancia entre uno y el otro se ensancha, ¿cuándo volveremos?, ¿y cómo volveremos?, ¿seremos los mismos que éramos? A las preguntas inevitables se sucede un alud de sentimientos incomprensibles, incertidumbre y la falta de referencias: ninguna generación había vivido una epidemia, la última fue hace un siglo y nadie en las generaciones actuales la testificó.
En el caso de los artistas, como en el de prácticamente cualquier otro oficio, las limitaciones cambian: Álex Guerra, que solía trabajar con modelos para sus trabajos fotográficos, se encuentra de súbito con la imposibilidad de contactar con otros seres humanos para fotografiarlos. ¿Qué se debe retratar cuando la otredad desaparece por un tiempo indeterminado?, ¿quiénes somos si nos encontramos a solas y el reflejo de nuestros vínculos sociales ha quedado en el recuerdo y acaso en el porvenir? Más que de recursos técnicos, la obra “El corte” de Álex Guerra trata de una imagen que de súbito, sin aviso, se ha distorsionado; ha perdido sus límites, su textura se ha roto, el marco se ha diluido. Porvenires brumosos, rostros que se trastocan, y se entremezclan con otras texturas: las de la vida en descomposición… nuestro desvivir como el abono de una nueva posibilidad, una nueva vida.
Redacción Párpado
Fotografías de Álex Guerra
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