El 2 de diciembre de 1971, la nave Mars 3 de la Unión Soviética descendió en el cráter Ptolomeo de Marte a 20,7 m/s. Transmitió datos durante unos segundos y se interrumpió la señal sin poder ser recuperada. En 1976, las sondas Viking de la NASA enviarían las primeras imágenes detalladas desde la superficie de Marte.
Numerosos han sido los intentos (fallidos y con éxito) de la humanidad por llegar a otro planeta. Actualmente el vehículo Perseverance, el rover Curiosity (EUA) y la misión Tianwen (China) exploran Marte. La nave Insight, de un proyecto de la NASA con importantes contribuciones de Europa, captó terremotos provocados por el impacto de meteoritos en 2021. Esto permitió que se localizara el cráter y una tonelada de hielo que desenterró uno de los impactos. La información del Insight confirmó que Marte tiene un núcleo líquido con un diámetro de la mitad de la Tierra. También descubrió que tiene una región geológicamente activa. El 15 de diciembre de 2022 se perdió la señal de Insight.
¿Es posible que el ser humano algún día viaje, no sólo con sus naves, rovers y cámaras, y pise con sus propios pies el planeta vecino? El trayecto podría resolverse (duraría entre siete y nueve meses); el mayor problema es la estancia una vez ahí. Marte, que alguna vez tuvo un océano en su hemisferio norte, ahora no tiene agua sobre la superficie ni tampoco atmósfera (o la que tiene es muy tenue, el 1% de la densidad de la nuestra). Sin protección, el ser humano moriría en pocos minutos por la baja presión atmosférica, el extremo frío, el CO2 y la falta de oxígeno. La exposición prolongada a la microgravedad en el viaje y a la gravedad de Marte (una tercera parte de la Tierra) produce, además, alteraciones en el organismo que aún se estudian. Con todo, existen proyectos para llevar al ser humano a Marte. Incluso, un proyecto de una empresa privada (Mars One) ofrece llevar a personas a ese planeta y no regresarlos. Lo más descabellado es que ya muchos se apuntaron.
¿Existirá alguna manera más agradable de hacer el viaje? Sin duda alguna… con la imaginación. Esto lo prueba el proyecto Marsarchive, que aporta contenidos, lecturas, talleres y espacios idóneos para los viajeros marcianos. Iniciativa de divulgación científica, combina el conocimiento con el diseño gráfico, el arte, la narrativa y las plataformas digitales para hacer de nuestro viaje en el sistema solar el más placentero (y gratuito). Ofrece guías turísticas, podcasts, herramientas y elementos indispensables y variados para echar en la maleta.
El calendario que presenta nos ayuda a situarnos en la temporalidad marciana: viviendo allá, nuestros días serán 40 minutos más largos y nuestro año durará 687 días (casi dos años terrestres: una navidad, un cumpleaños y un aniversario cada dos años… para bien o para mal). También nos introduce a estudios imaginativos de arqueología y ciencia ficción que imaginan Martenochtitlan, “una urbe que representa nuestro espíritu y exhibe nuestros sueños” con rituales, historias y gastronomía que hasta incluye huevos divorciados.
3, 2, 1… Ignición… Trayectoria… Navegación… Dinámica de vuelo…
Viajar a Marte: https://www.marsarchive.org
Redacción Párpado
Imágenes: DGIM Studio / NASA
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